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Conclusiones del II Congreso Técnico de Construcción Industrializada y Sostenibilidad

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El II Congreso Técnico de Construcción Industrializada y Sostenibilidad, organizado por el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid los pasados 16 y 17 de octubre, se ha consolidado como el principal foro español sobre innovación edificatoria en el apartado técnico. Los especialistas coincidieron en que la industrialización no sólo representa una solución parcial al déficit de vivienda, sino que reduce drásticamente los accidentes laborales en el sector y transforma la manera en la que el director de Ejecución de Obra ejerce su papel.

La necesidad de que el director de ejecución de obra (DEO) esté presente en fases tempranas del proyecto fue uno de los mensajes más reiterados durante el congreso. Según José María Quirós, director de Industrialización de Aedas Homes, "el DEO no puede incorporarse al proyecto cuando se obtiene la licencia de obra, como tradicionalmente sucede". Su presencia tardía provocaría "la detección de problemas e irregularidades que no se corrigieron en fases anteriores, generando reprocesos y sobrecostes".

Iban Carpintero, socio fundador de EXIT Arquitectos, coincidió en esta visión: "Estamos acostumbrados a que el DEO entre en función cuando ya está la obra contratada, pero en la construcción industrializada todo es distinto, pues llegan a la obra sistemas ya muy avanzados.” Juan Manuel Rojas, socio-director de Hombre de Piedra Arquitectos, abundó en esta apreciación, al afirmar que cuando los componentes y sistemas industrializados llegan al solar "las decisiones ya se han tomado, los materiales se han fabricado y el margen de maniobra es nulo”.

Quirós fue más allá al señalar que "buena parte del trabajo del DEO va a tener que hacerlo en fábrica". La construcción industrializada, en este sentido, requiere fabricar componentes con cuatro meses de antelación, creando acopios de material antes de su instalación. "La certificación de esos acopios la tiene que hacer el director de Ejecución, de ahí que su figura es fundamental que aparezca cuanto antes", advirtió. Iban Carpintero, en la misma línea, identificó el control de fabricación como "uno de los aspectos críticos y novedosos" de la función del arquitecto técnico. "Lógicamente, habrá que ir a ese centro de producción a controlar el porcentaje de obra que se está haciendo", señaló.

La presencia del director de Ejecución en fábrica generó en el congreso momentos de debate. ¿Son necesarias esas visitas si los proveedores de los fabricantes industriales están homologados y cuentan con sistemas de calidad certificados? A este respecto, Juan Carlos Cabrero, director del Curso de Técnico Especialista en Construcción Industrializada del Colegio, defendió un enfoque pragmático vinculado a la jerarquía de componentes: mientras los materiales estándar no requieren supervisión de fabricación, los componentes complejos, como baños 3D completos, sí la justificarían: "Más vale ir haciendo esas revisiones que devolver 200 baños a fábrica. Eso es inviable y no puede suceder.” Quirós, de Aedas Homes, añadió más ejemplos concretos, al afirmar que incluso con estructuras prefabricadas de hormigón de fabricantes robotizados, el DEO debe verificar "la procedencia del acero, las probetas de hormigón, el transporte y el desencofrado”.

Rodrigo Juez, CEO de Da Vinci Buildings, trazó un ambicioso escenario sobre la evolución de la figura del arquitecto técnico. Afirmó que "debe entrar en la fase de diseño" como consultor especializado en DfMA (Design for Manufacturing and Assembly), "configurándose como una nueva disciplina equiparable a las ingenierías de instalaciones o estructuras.” "El potencial del arquitecto técnico dentro de la construcción industrializada es brutal", añadió Juez. En su opinión, estos profesionales deben evolucionar hasta convertirse en "especialistas en sistemas de industrialización", con un profundo conocimiento de cómo se fabrican los componentes y cómo se colocan en obra. En relación con las ayudas del PERTE de Vivienda, Juez defendió que "el arquitecto técnico o director de ejecución de obra es quien mejor puede certificar el grado de industrialización de un proyecto", aunque reconoció que actualmente se baraja que sea el arquitecto quien asuma esta función.

José María Quirós señaló en otro momento que "la construcción industrializada exige reformular el tipo de contrato del director de Ejecución, que debería contemplar aspectos como los desplazamientos a fábricas ubicadas en distintas localizaciones geográficas. “¿Eso hay que pagarlo? Evidentemente. ¿Pero esa labor hay que hacerla? Evidentemente también”, puntualizó.

Juan Manuel Rojas insistió en que la necesaria colaboración temprana del arquitecto técnico en la fase de proyecto choca frontalmente con los actuales procedimientos de contratación. La solución, según el ponente, pasa por "adoptar contratos colaborativos IPD (Integrated Project Delivery), con precio objetivo, fases progresivas, pago escalonado y riesgo inicial reducido para el promotor."

En el plano de la seguridad en el trabajo, Jorge González, director de Prevención, Calidad y Medio Ambiente del Grupo Avintia, indicó que se han registrado hasta la fecha más de dos mil accidentes graves y 351 mortales, frente a 353 del año anterior, lo que implica un accidente mortal cada día natural. A continuación, González presentó datos contundentes sobre la reducción de siniestralidad en los sistemas industrializados basándose en datos de Avintia. Según un estudio comparativo para el Plan VIVE de la Comunidad de Madrid, Avintia registró 10,31 accidentes con baja por millón de horas trabajadas, frente a 36,9 del sector. Entre enero y julio de 2025, Avintia se situó un 15% por debajo del sector en número de accidentes con baja respecto a la totalidad de la plantilla. Por lo que respecta a accidentes por obra, en el sistema tradicional, Avintia registra un accidente cada dos meses por obra, mientras en metodología industrializada es cada tres meses.

En su intervención, el representante del Grupo Avintia mencionó otras ventajas adicionales del sistema industrializado que refuerzan su viabilidad:

  • Reducción del 30% en plazos de ejecución
  • Un recorte superior al 50% de residuos en obra
  • 20% menos de consumo de agua
  • 50% menos de materias primas como hormigón
  • 40% menos de emisiones de CO₂
  • 50% menos de contaminación acústica
  • 32% de ahorro en costes anuales de consumos energéticos

Juan Carlos Cabrero, director del Curso de Técnico Especialista en Construcción Industrializada, dedicó su intervención a la industrialización de instalaciones, con especial énfasis en los baños prefabricados. Basándose en el documento de grados de industrialización, detalló los elementos susceptibles de prefabricación: cuartos de acometida y contadores, baños y cocinas 2D y 3D, núcleos verticales de instalaciones, racks en pasillos, tabiquería técnica y chimeneas.

Cabrero empleó la expresión "trampa del baño" para describir la percepción generalizada y errónea de que fabricarlos es sencillo. “Un error en fábrica de un baño se multiplica por 200 si se he fabricado ese número y los problemas se disparan si esos 200 baños hay que enviarlos a 500 kilómetros de distancia”, indicó Cabrero. El baño industrializado, según expuso, integra hasta 12 oficios en un único componente, reduciendo drásticamente la complejidad organizativa.

Iban Carpintero, socio fundador de EXIT Arquitectos, detalló las particularidades de trabajar con madera estructural en el seno de la construcción industrializada. "La madera no es un material homogéneo: procede de muchas especies de árboles, hay muchos tipos y cada fabricante tiene unas prestaciones particulares que hay que conocer", explicó. Destacó cómo la madera moderna se fabrica mediante procesos de ensamblaje de piezas pequeñas –a través de técnicas como el finger joint– para crear elementos mayores, lo que implica conocer no sólo el material final sino todo el proceso de elaboración para detectar posibles incidencias.

Sandra Llorente, directora general técnica de Lignum Tech, presentó ejemplos de maderas tecnificadas como el CLT (madera laminada cruzada) y el KVH (madera estructural de construcción), que permiten mayor resistencia y durabilidad. Destacó el sistema Lignum Tech de fachada con entramado ligero de madera y SATE exterior de lana de roca, que reduce tiempo de construcción y mejora la resistencia al fuego.

Vicente Caamaño, responsable de procesos de construcción en Molins Precast Solutions, explicó en su turno las cinco fases del prefabricado: diseño, fabricación, manipulación, transporte y montaje. Subrayó que "una mala praxis en la manipulación puede aumentar el coste del proyecto hasta en un 15%.” Presentó además la innovación de Molins en núcleos 3D, solución que integra escaleras, ascensores y cajas de escalera en un solo componente prefabricado, lo que reduce significativamente los tiempos de montaje.

Joao Bartolo, director de desarrollo inmobiliario del Grupo Casais, detalló la solución híbrida CRI de su compañía, que combina madera y hormigón para crear un sistema estructural sostenible y flexible. "Esta solución no solo es más rápida, sino también más respetuosa con el medio ambiente", comentó, destacando que integra fachadas prefabricadas con ventanas y columnas de madera, lo que permite cerrar el edificio rápidamente. Casais está apostando por la robotización de sus procesos constructivos para mejorar la precisión y eficiencia.

Por su parte, Daniel Hermosilla, CEO de Prefabricados Rodiñas, defendió en su ponencia un modelo que rompe con el paradigma de la estandarización. Su empresa nunca repite dos obras iguales y argumentó que "el prefabricado no sólo no restringe la capacidad de diseño, sino que la amplifica", permitiendo abordar proyectos singulares.

Hermosilla desmontó algunos tópicos: "Los plazos o tiempos totales (sumando estudio, despiece, fabricación y montaje) son similares o superiores a la construcción tradicional, ya que las horas de peonaje ahorradas en obra se sustituyen por un incremento considerable de horas de oficina técnica”. El CEO de Prefabricados Rodiñas reivindicó el valor del ecosistema artesanal y flexible (talleres de chapistería, ferrallistas, etc.) para mantener la posibilidad de crear piezas únicas. Su mensaje concluyó con una advertencia: "En prefabricación se puede hacer todo, pero la clave es identificar qué aporta valor económico o técnico y asumir que no es una fórmula mágica."

Juan Manuel Rojas, socio-director de Hombre de Piedra Arquitectos, hizo énfasis en que "la arquitectura industrializada no se puede hacer en abstracto. Diseñar un proyecto y después buscar fabricante es papel mojado. Desde la primera línea debe saberse la tecnología, el sistema y, fundamentalmente, la fábrica concreta que lo ejecutará, porque no hay dos que fabriquen igual”. Rojas señaló que España construye en forma industrializada solo el 1-2% del total, frente al 50% de Holanda. "La demanda es enorme -especialmente en vivienda social-, pero no hay fabricantes suficientes", advirtió, calificando la falta de capacidad industrial como "especialmente preocupante".

Juan Carlos Bandrés, presidente del Grupo LOBE, aportó algunos datos estadísticos que abundan en la urgencia de industrializar el sector: el coste de la construcción ha aumentado un 27,5% en los últimos años, mientras el IPC solo subió un 20%. Técnicamente, Bandrés presentó el sistema de fachadas industrializadas de su compañía, que ha logrado reducir en un 50% las horas de trabajo mediante paneles prefabricados de hormigón y sistemas modulares. Además, sus paneles de instalaciones "eliminan la necesidad del tradicional pladur y optimizan el tiempo de instalación, con un ahorro del 25% en horas de trabajo”. El Grupo Lobe está especializado en la construcción de edificios Passivhaus con sistemas prefabricados avanzados.